Son muchos y variados los tratamientos de depilación lightsheer que existen en el mercado, la elección de uno u otro depende del tipo de piel y del color del vello a tratar.
Los más demandados y cuyos resultados son más eficaces son: el láser rubí, el alejandrita y el láser de diodo, la diferencia entre ellos radica en la potencia, intensidad y longitud de onda del tratamiento.
En concreto, el láser de diodo se caracteriza porque provoca menos dolor que el resto y se puede realizar durante todo el año.
Dentro del láser de diodo encontramos el Soprano y el que vamos a tratar hoy en profundidad, que es el:
Este láser produce un haz de luz de mayor tamaño y más concentrado, lo cual hace que tenga mayor eficacia en un menor número de sesiones. La melanina que se encuentra en cada pelo absorbe el haz de luz, esta se calienta y daña así el folículo piloso (tallo) del pelo impidiendo que vuelva aparecer. Al ser un haz de luz más grande permite tratar mayor número de folículos, haciendo más rápido el tratamiento que al hacerlo con otros tipos de láser.
El resultado de la depilación Lightsheer es la eliminación de forma gradual y permanente de la zona a tratar, tanto si es vello facial o corporal.
Las ventajas que arroja el láser lightsheer es que es indoloro, seguro y funciona muy bien para pieles morenas o bronceadas, permitiendo así que tratamiento sea posible durante prácticamente todo el año. Con la depilación lightsheer conseguirás resultados más eficaces con menos sesiones.
Los efectos secundarios de este láser son mínimos y todo ello gracias a su sistema de enfriamiento y de vacío.
En cuanto al número de sesiones, depende del color del vello y del tipo de piel, el mejor escenario para eliminar el vello es cuando éste es oscuro y la piel es clara.
Cada sesión elimina el 99 % del vello en fase de crecimiento.
